https://www.jpl.nasa.gov/news/news.php?feature=6584Páginas

11/11/12

EL CAMBIO CLIMATICO ES PROBABLE QUE SEA MAS GRAVE QUE LO QUE PREDICEN DETERMINADOS MODELOS


Los científicos que analizan los modelos climáticos advierten que debemos esperar altas subidas de temperatura - es decir, un clima más extremo, más pronto

A satellite image of superstorm Sandy. Photograph: Nasa/Getty Images

Climate change is likely to be more severe than some models have implied, according to a new study which ratchets up the possible temperature rises and subsequent climatic impacts.
The analysis by the US National Centre for Atmospheric Research (NCAR) found that climate model projections showing a greater rise in global temperature were likely to be more accurate than those showing a smaller rise. This means not only a higher level of warming, but also that the resulting problems – including floods, droughts, sea level rise and fiercer storms and other extreme weather – would be correspondingly more severe and would come sooner than expected.
Scientists at the NCAR published their study on Thursday in the leading peer-reviewed journal Science. It is based on an analysis of how well computer models estimating the future climate reproduce the humidity in the tropics and subtropics that has been observed in recent years. They found that the most accurate models were most likely to best reproduce cloud cover, which is a major influence on warming. These models were also those that showed the highest global temperature rises, in future if emissions of greenhouse gases continue to increase.
John Fasullo, one of the researchers, said: "There is a striking relationship between how well climate models simulate relative humidity in key areas and how much warming they show in response to increasing carbon dioxide. Given how fundamental these processes are to clouds and the overall global climate, our findings indicate that warming is likely to be on the high side of current projections."
Extreme weather has been much in evidence around the globe this year, with superstorm Sandy's devastating impact on New York the most recent example. There has also been drought across much of the US's grain-growing area, and problems with the Indian monsoon. In the UK, one of the worst droughts on record gave way to the wettest spring recorded, damaging crop yields and pushing up food prices.
The new NCAR findings come just weeks ahead of a crucial UN conference in Doha, where ministers will discuss the future of international action on greenhouse gas emissions. The ministers will have to take the first steps to a new global climate treaty, to kick in from 2020, but so far have shown little sign of urgency.
The next comprehensive study of our knowledge of climate change and its effects will come in 2014, when the Intergovernmental Panel on Climate Change publishes its fifth assessment report. Before that, next September, the first part of the report will deal with the science of climate change and predictions of warming.
There has already been increasing evidence of a warming effect this year – the Arctic's summer ice sank to its lowest extent and volume yet recorded, and satellite pictures showed that surface ice melting was more widespread across Greenland than ever seen in years of observations. Experts have predicted that the Arctic seas could be ice-free in winter in the next decade.
The International Energy Agency warned earlier this year that on current emissions trends the world would be in for 6C of warming – a level scientists warn would lead to chaos. Scientists have put the safety limit at 2C, beyond which warming is likely to become irreversible.
Given this year's extreme weather, the results of the NCAR may not surprise some. But for scientists, narrowing down the uncertainties in climate models is a key activity. "The dry subtropics are a critical element in our future climate," Fasullo says. "If we can better represent these regions in models, we can improve our predictions and provide society with a better sense of the impacts to expect in a warming world."



·                     Fiona Harvey, environment correspondent
·                     A satellite image of superstorm Sandy. Photograph: Nasa/Getty Images


9/10/12

Los cambios abruptos en sistemas complejos como el clima o las finanzas se pueden predecir

Nature’ publica un artículo interdisciplinar con los últimos resultados
http://www.agenciasinc.es/Noticias/Los-cambios-abruptos-en-sistemas-complejos-como-el-clima-o-las-finanzas-se-pueden-predecir

Un equipo internacional de ecólogos, climatólogos y economistas, con la participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha aportando nuevos datos sobre el umbral crítico en que los sistemas complejos pueden sufrir un cambio abrupto. Indicadores comunes a sistemas tan dispares como el cuerpo humano, el clima, los ecosistemas o el mercado financiero pueden hacernos predecir un colapso ecológico o financiero, saber cuándo cambiará una situación climática o en qué momento se puede producir un ataque de asma.


El artículo que hoy publica la prestigiosa revista Nature revisa hallazgos recientes para identificar los llamados 'umbrales de transición', es decir, aquellos valores de una variable externa oparámetro de bifurcación en los que algunos sistemas dinámicos complejos, como los ecosistemas o el clima, cambian abruptamente de un estado a otro, a partir de síntomas o señales tempranas que preceden dichas transiciones.
En este sentido, el aumento en la variabilidad del clima en los últimos tiempos podría significar, según los autores, que en un futuro cercano habrá un pronunciado cambio climático. Los investigadores apuntan que también hubo señales similares en el pasado que anunciaron otras transiciones abruptas en el clima terrestre, como la rápida transición que hubo hace cerca de 34 millones de años entre el estado tropical en que se había hallado la Tierra durante millones de años y un estado mucho más frío.
Para uno de los autores del trabajo, el investigador Jordi Bascompte, “el reto de predecir los umbrales críticos de un sistema, de forma que podamos anticipar las transiciones de fase antes de que tengan lugar, nos facilitaría revertir la tendencia de un sistema antes de que sea demasiado tarde”.
En un lago prístino, por ejemplo, si se incrementa la concentración de nitrógeno no hay un cambio aparente en el estado del lago hasta llegar a un valor crítico de nitrógeno que correspondería al umbral de transición. En ese momento, si se incrementa un poco más la concentración de nitrógeno, aunque sea de forma minúscula, la reacción del sistema es enorme y el lago de aguas cristalinas se convertiría en un lago eutrofizado de aguas turbias, con consecuencias nefastas para su biodiversidad.
Patrones de comportamiento comunes
A pesar de las diferencias en los detalles, el comportamiento de diversos sistemas complejos es parecido cerca de los umbrales de transición, por lo que estos indicadores pueden aplicarse a un amplio espectro de sistemas. “Así, a medida que nos acercamos a un punto de transición, incrementa la varianza en alguna propiedad dinámica de interés, y se reduce el tiempo de recuperación del equilibrio después de una perturbación”, señala Bascompte.
Otro caso: cuando se produce un ataque de asma, lo pulmones muestran un patrón de constricción bronquial que puede ser el preludio de un fallo peligroso en el sistema respiratorio. Este patrón es similar al que presenta la vegetación de una zona antes de una transición hacia un sistema desértico. Una vez cruzado el umbral crítico en esa transición, los campos se convierten en desiertos y es muy difícil revertir esta situación, dado que se necesitarían unos niveles enormes de humedad.
Bascompte concluye: “Los resultados iniciales son alentadores porque nos acercan a una ciencia más predictiva, lo cual es muy relevante en esta época de cambio global acelerado, con los colapsos financieros mundiales, la crisis de la biodiversidad o las implicaciones de los rápidos cambios en el clima en la actualidad”.
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Referencia bibliográfica:
Marten Scheffer, Jordi Bascompte, William A. Brock, Victor Brovkin, Stephen R. Carpenter, Vasilis Dakos, Hermann Held, Egbert H. van Nes, Max Rietkerk y George Sugihara. "Early-warning signals for critical transitions". Nature, 3 de septiembre de 2009.

Riesgo de cambios abruptos o irreversibles

IPCC
http://www.ipcc.ch/publications_and_data/ar4/syr/es/mains3-4.html


El calentamiento antropógeno podría dar lugar a efectos abruptos o irreversibles, en función de la tasa y magnitud del cambio climático proyectado. {GTII 12.619.319.4RRP}
A escalas de tiempo decenales, se suele considerar que un cambio climático abrupto está asociado a cambios en la circulación oceánica. Además, a escalas de tiempo superiores, los cambios del manto de hielo y de los ecosistemas podrían desempeñar también algún papel. Si llegase a acaecer un cambio climático abrupto en gran escala, sus efectos podrían ser de gran magnitud (véase el Tema 5.2). {GTI 8.710.310.7; GTII 4.419.3}
La pérdida parcial de los mantos de hielo en tierras polares y/o la dilatación térmica del agua marina podría ocasionar, a escalas de tiempo muy prolongadas, aumentos de nivel del mar de varios metros, importantes alteraciones de las líneas costeras e inundaciones en extensiones bajas, y sus efectos serían máximos en los deltas pluviales e islas bajas. Los modelos actuales indican que esos cambios tendrían lugar en escalas de tiempo muy prolongadas (milenios) si subsistiera un aumento de la temperatura mundial de entre 1,9 y 4,6°C (con respecto a la era preindustrial). No hay que excluir aumentos rápidos de nivel del mar a escalas de tiempo seculares. {IDS 3.2.3; GTI 6.410.7; GTII 19.3RRP}
El cambio climático acarreará probablemente algunos efectos irreversibles. Con un grado de confianza medio, entre un 20% y un 30% aproximadamente de las especies estudiadas hasta la fecha estarían probablemente expuestas a un mayor riesgo de extinción si el aumento del calentamiento mundial excediese, en promedio, de entre 1,5 y 2,5°C (respecto del período 1980-1999). De sobrepasar los 3,5°C, proyecciones de los modelos predicen un nivel de extinciones cuantioso (entre un 40% y un 70% de las especies con- sideradas) en todo el mundo. {GTII 4.4Figura RRP.2}
Las actuales simulaciones mediante modelos indican que es muy probable que la circulación de renuevo meridional (CRM) del Océano Atlántico se desacelere durante el siglo XXI; las temperaturas de esa región, pese a todo, aumentarían. Es muy improbable que la CRM experimente una fuerte transición abrupta durante el siglo XXI. No es posible evaluar con un grado de confianza suficiente los cambios de la CRM a más largo plazo. {GTI 10.310.7; GTII Figura, Tabla RT.5RRP.2}
Los impactos de gran escala y los cambios persistentes de la CRM alterarán probablemente la productividad de los ecosistemas marinos, las pesquerías, la incorporación de CO2 por el océano, las concentraciones de oxígeno en el océano y la vegetación terrestre. Las alteraciones de la incorporación de CO2 por la tierra y por el océano podrían producir un retroefecto sobre el sistema climático. {GTII 12.619.3Figura RRP.2}


29/9/12

El deshielo del Ártico alcanza un alarmante máximo histórico

NASA




Una imagen de satélite de hace tan solo unos días muestra la dramática pérdida de hielo desde el anterior récord, superior a la superficie de la Península ibérica

Día 20/09/2012 - 12.47h

Es cierto que, en ocasiones, una imagen vale más que mil palabras. Y en este caso la imagen, por reveladora, es profundamente dramática. Una fotografía tomada hace tan solo unos pocos días, el 16 de septiembre, por un satélite de la NASA, demuestra que la extensión de la capa helada en el océano Ártico ha alcanzado su mínimo desde 1979, año en el que comenzaron a realizarse estas mediciones. El hielo se ha reducido a 3,41 millones de kilómetros cuadrados, casi un 20% inferior al anterior mínimo histórico, ocurrido a mediados de septiembre de 2007 (4,17 millones de kilómetros cuadrados), según ha informando el NSIDC (National Snow and Ice Data Center), organismo encargado de llevar a cabo las mediciones. Es como si en ese tiempo se hubiera perdido una superficie considerablemente mayor que la Península ibérica. La comparación es aún más desoladora si se tienen en cuenta los primeros datos conocidos hace treinta años (en la imagen, en amarillo); el área se reduce prácticamente a la mitad.
La cubierta de hielo marino del Ártico crece naturalmente en los oscuros inviernos árticos y se retira cuando el Sol aparece en primavera. Sin embargo, la extensión mínima del hielo marino, que se alcanza normalmente en septiembre, ha ido disminuyendo en las últimas tres décadas, a medida que las temperaturas del aire y del océano del Ártico océano han aumentado. La extensión mínima de este año es aproximadamente la mitad del tamaño de la extensión promedia de 1979 a 2000. Además, también marca la primera vez que ha caído por debajo de 4 millones de kilómetros cuadrados.
El NSIDC ha advertido de que puede ser peor. Todavía hay tiempo para que los vientos cambien y compacten los témpanos de hielo, lo que podría reducir la extensión del hielo marino aún más. La NASA y el NSIDC darán a conocer un análisis completo del deshielo durante este año el próximo mes.

Más rápido que las predicciones

«Los modelos climáticos habían pronosticado un retroceso del hielo marino en el Ártico, pero el retiro real ha demostrado ser mucho más rápido que las predicciones», ha indicado Claire Parkinson, climatóloga en el centro espacial Goddard de la NASA. Además, el espesor de la capa de hielo también está en declive. Cada vez es más vulnerable y se derrite con más facilidad. El hielo más viejo y espeso es reemplazado en invierno con una fina capa de hielo estacional que normalmente se derrite completamente en verano.
Este año, además, un poderoso ciclón se formó frente a las costas de Alaska y se trasladó el 5 de agosto hacia el Océano Ártico, donde azotó la débil capa de hielo durante varios días. La tormenta cortó una sección grande del hielo al norte del Mar de Chukchi y la empujó hacia el sur hasta aguas más cálidas que la hicieron derretirse por completo. También rompió vastas extensiones de hielo en trozos más pequeños más propensos a derretirse. «La tormenta parece haber jugado un papel en la retirada inusualmente grande del hielo este año -dice Parkinson- pero esa misma tormenta, de haber ocurrido décadas atrás, cuando el hielo era más grueso y más amplio, probablemente no habría tenido tanto impacto».

«Territorio desconocido»

Mark Serreze, director del NSIDC, no esconde su incertidumbre. «Ahora estamos en territorio desconocido», confiesa. «Si bien hemos sabido durante mucho tiempo que el planeta se calienta, que los cambios se verían por primera vez y más pronunciados en el Ártico, muy pocos de nosotros estábamos preparados para la rapidez con la que los cambios se han producido en realidad».
Los últimos modelos climáticos sugieren que el Océano Ártico podría perder el hielo en 2050, pero los científicos del NSIDC creen que un panorama tan increíble podría producirse incluso antes. Si llegara a ocurrir, se abriría una nueva ruta marítima en el Ártico que los barcos podrían atravesar durante los meses de agosto.

20/9/12

Oak Ridge supercomputers provide first simulation of abrupt Climate Change


Jul. 17, 2009

At the Department of Energy's Oak Ridge National Laboratory (ORNL), the world's fastest supercomputer for unclassified research is simulating abruptclimate change and shedding light on an enigmatic period of natural global warming in Earth's relatively recent history. The work, led by scientists at the University of Wisconsin and the National Center for Atmospheric Research (NCAR), is featured in the July 17 issue of the journal Science and provides valuable new data about the causes and effects of global climate change.
This research is funded by the Office of Biological and Environmental Research within DOE's Office of Science and by the National Science Foundation through its paleoclimate program and support of NCAR.
In Earth's 4.5-billion-year history, its climate has oscillated between hot and cold. Today our world is relatively cool, resting between ice ages. Variations in planetary orbit, solar output, and volcanic eruptions all change Earth's temperature. Since the Industrial Revolution, however, humans have probably warmed the world faster than nature has. The greenhouse gases we generate by burning fossil fuels and forests will raise the average global temperature 2 to 12 degrees Fahrenheit (1 to 6 degrees Celsius) this century, the Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) estimates.
Most natural climate change has taken place over thousands or even millions of years. But an episode of abrupt climate change occurred over centuries—possibly decades—during Earth's most recent period of natural global warming, called the Bolling-Allerod warming. Approximately 19,000 years ago, ice sheets started melting in North America and Eurasia. By 17,000 years ago, the melting glaciers had dumped so much freshwater into the North Atlantic that it stopped the overturning ocean circulation, which is driven by density gradients caused by influxes of freshwater and surface heat. This occurrence led to a cooling in Greenland called the Heinrich event 1. The freshwater flux continued on and off until about 14,500 years ago, when it virtually stopped. Greenland's temperature then rose by 27 degrees Fahrenheit (15 degrees Celsius) in several centuries, and the sea level rose about 16 feet (5 meters). The cause of this dramatic Bolling-Allerod warming has remained a mystery and source of intense debate.
'Now we are able to simulate these transient events for the first time,' says Zhengyu Liu, a University of Wisconsin professor of atmospheric and oceanic sciences and environmental studies whose team simulated the abrupt climate changes using DOE supercomputers at ORNL. The Oak Ridge Leadership Computing Facility allocated supercomputing time through DOE's Innovative and Novel Computational Impact on Theory and Experiment (INCITE) program. 'It represents so far the most serious validation test of our model capability for simulating large, abrupt climate changes, and this validation is critical for us to assess the model's projection of abrupt changes in the future,' according to Liu.
The Oak Ridge Leadership Computing Facility is funded by the Office of Advanced Scientific Computing Research in DOE's Office of Science.
Liu, director of the University of Wisconsin's Center for Climatic Research, and his collaborator Bette Otto-Bliesner, an atmospheric scientist and climate modeler at NCAR, lead an interdisciplinary, multi-institution research group attempting the world's first continuous simulation of 21,000 years of Earth's climate history, from the last glacial maximum to the present, in a state-of-the-art climate model. The group will also extend the simulation 200 years into the future to forecast climate. The findings could provide great insight into the fate of ocean circulation in light of continued glacial melting in Greenland and Antarctica.
Three parts to abrupt change
Most climate simulations in comprehensive climate models so far are discontinuous, amounting to snapshots of century-sized time slices taken every 1,000 years or so. Such simulations are incapable of simulating abrupt transitions occurring on centennial or millennial timescales. Liu and Otto-Bliesner employ petascale supercomputers, capable of a quadrillion calculations each second, to stitch together a continuous stream of global climate snapshots and recover the virtual history of global climate in a motion picture. They use the Community Climate System Model (CCSM), a global climate model that includes coupled interactions between atmosphere, oceans, lands, and sea ice developed with primary funding from the National Science Foundation (NSF) and DOE.
Based on insights gleaned from their continuous simulation, Liu and his colleagues propose a novel mechanism to explain the Bolling-Allerod warming observed in Greenland ice cores. The three-part mechanism they suggest matches the climate record.
First, one-third of the warming, or 9 degrees Fahrenheit (5 degrees Celsius), resulted from a 45 parts-per-million increase in the atmospheric concentration of carbon dioxide, the scientists posit. The cause of the carbon dioxide increase, however, is still a topic of active research, Liu says.
Second, another one-third of the warming was due to recovery of oceanic heat transport. When fresh meltwater flowed off the ice sheet, it stopped the overturning ocean current and in turn the warm surface current from low latitudes, leading to a cooling in the North Atlantic and nearby region. When the melting ice sheet was no longer dumping freshwater into the North Atlantic, the region began to heat up.
The last one-third of the temperature rise resulted from an overshoot of the overturning circulation. 'Once the glacial melt stopped, the enormous subsurface heat that had accumulated for 3,000 years erupted like a volcano and popped out over decades,' Liu hypothesizes. 'This huge heat flux melted the sea ice and warmed up Greenland.'
Liu and Otto-Bliesner's collaborators include Feng He, a doctoral student at the University of Wisconsin-Madison who is mainly responsible for the deglaciation modeling, as well as ocean modeler Esther Brady (NCAR), atmospheric scientist Robert Tomas (NCAR), glaciologists Peter Clark (Oregon State University) and Anders Carlson (University of Wisconsin-Madison), paleoceanographers Jean Lynch-Stieglitz (Georgia Institute of Technology) and William Curry (Woods Hole Oceanographic Institution), geochemist Edward Brook (Oregon State University), atmospheric modeler David Erickson (ORNL), computing expert Robert Jacob (Argonne National Laboratory), and climate modelers John Kutzbach (University of Wisconsin-Madison) and Jun Cheng (Nanjing University of Information Science and Technology). 'This interdisciplinary team, each member contributing to a different aspect of the project, ranging from a proxy data interpretation to supercomputing coding, has been essential for the success of this project,' says Liu.
The 2008 simulations ran on a Cray X1E supercomputer named Phoenix and an even faster Cray XT system called Jaguar. The scientists used nearly a million processor hours in 2008 to run one-third of their simulation, from 21,000 years ago—the most recent glacial maximum—to 14,000 years ago—the planet's most recent major period of natural global warming. With 4 million INCITE processor hours allocated on Jaguar for 2009, 2010, and 2011, they will complete the simulation, capturing climate from 14,000 years ago to the present and projecting it 200 years into the future. 'This has been a dream run of both of ours for a long time,' says Otto-Bliesner. 'This was an opportunity to take advantage of the CCSM, the computing facility at Oak Ridge, and the INCITE call for proposals.' No other research group has successfully simulated such a long period in a comprehensive climate model.
Science-based forecasts
More accurately depicting the past means clearer insights into climate's outlook. 'The current forecast predicts the ocean overturning current is likely to weaken but not stop over the next century,' Liu says. 'However, it remains highly uncertain whether abrupt changes will occur in the next century because of our lack of confidence in the model's capability in simulating abrupt changes. Our simulation is an important step in assessing the likelihood of predicted abrupt climate changes in the future because it provides a rigorous test of our model against the major abrupt changes observed in the recent past.'
In 2004 and 2005, climate simulations on DOE supercomputers contributed data to a repository that scientists worldwide accessed to write approximately 300 journal articles. The published articles were cited in the Fourth Assessment Report of the IPCC, which concluded that global warming is unequivocal and humans have had a substantial role since the mid-20th century.
Liu and Otto-Bliesner's simulations may soon find their way into IPCC's data repository and reports as other groups succeed in continuous simulation of past abrupt climate changes and demonstrate the results are reproducible. The simulations would thus be a resource for the paleo community at large. Meanwhile, Earth's climate continues to prove that change is an eternal constant. Understanding how we affect the rate of change is a grand challenge of our generation. Petascale computing may accelerate answers that in turn inform our policies and guide our actions.
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19/9/12

El deshielo ártico destroza su récord




La superficie helada cae un 18% respecto al anterior mínimo, de septiembre de 2007

La pérdida equivale a 1,5 veces la superficie de España

EL PAIS    Madrid 19 SEP 2012 - 21:34 CET
El Ártico alcanzó el pasado 16 de septiembre la mínima extensión helada desde que en 1979 los satélites comenzaron a realizar mediciones. Ese día contaba con 3,41 millones de kilómetros cuadrados helados, lo que supone un 18% menos que en el anterior récord, del 18 de septiembre de 2007, según ha anunciado este miércoles el NSIDC, el organismo de EE UU que realiza las mediciones. Respecto al mínimo de hace cinco años, la diferencia es de 760.000 kilómetros cuadrados, lo que supone 1,5 veces el tamaño de España. Los científicos relacionan el deshielo del Ártico con el calentamiento global y prevén que en solo unas décadas quede libre de hielo en verano. Los seis mínimos de extensión han ocurrido los últimos seis años.
alt Meier, científico del NSIDC en la Universidad de Colorado, explica por teléfono la relevancia del dato: “Es muy sorprendente porque el récord de 2007 ya estaba un 22% por debajo del anterior récord. Ahora tenemos la mitad de la superficie helada que hace solo unas décadas”.
Además, cada vez hay menos hielo plurianual, el grueso que ha sobrevivido varios veranos y que acumula varias capas. “Hay pocos datos, pero creemos que el hielo es de media un 50% más fino que hace unas décadas”, señala Meier. La cifra es además notable porque en 2007 la zona tuvo unas condiciones meteorológicas, “vientos, nubes y temperatura del aire, que favorecieron la pérdida de hielo, pero este año las condiciones no han sido tan extremas”, según el comunicado del NSIDC.
Las mediciones por satélite comenzaron en 1979, pero, según Meier, se puede decir con seguridad que esta situación no se ha dado en mucho más tiempo: “Por registros paleoclimáticos, sedimentos y restos fósiles parece que no ha habido una situación igual en los últimos 8.000 o 10.000 años”.
Los seis mínimos de extensión han ocurrido los últimos seis años
Desde el pasado domingo, el hielo ártico crece —como cada otoño—, aunque el NSIDC advierte de que las condiciones meteorológicas pueden aún reducir algo la extensión y que dará un informe completo en octubre. El deshielo ártico no contribuye a la subida del nivel del mar, ya que es el agua del océano la que se congela en invierno y se deshiela —cada vez más— en verano.
La rapidez del deshielo en el Polo Norte ha superado todas las previsiones. “Vemos que el deshielo en verano va más rápido que lo que preveían los modelos climáticos”, señala Meier, que añade que esto no implica que el año que viene vaya a empeorar: “Puede haber algo de variabilidad natural. Puede que se estabilice unos años”.
Meier enfatiza que la variabilidad natural puede tener alguna responsabilidad, pero no toda, en el deshielo. El resto lo atribuye, como la mayoría de los científicos, al cambio climático producido por la emisión de combustibles fósiles. El uso de estos, principalmente carbón y petróleo desde la Revolución Industrial, emite CO2, que se acumula en la atmósfera, retiene parte del calor que emite la Tierra y calienta el planeta. Meier asegura que “es muy probable que en los próximos 20 o 30 años el Ártico quede en verano libre de hielo”. En solo unos años, los científicos han ido adelantando su previsión sobre cuándo ocurriría eso: de 2070 bajaron a 2040 y ahora no descartan que ocurra en dos décadas.
“Estamos en un territorio inexplorado”, señala en una nota Mark Serreze, director del NSIDC: “Sabemos desde hace tiempo que al calentarse el planeta los cambios se verían primero y serían más pronunciados en el Ártico, pero pocos estábamos preparados para lo rápido que iban a ocurrir”.
Los científicos prevén que el Polo Norte quede libre de hielo en verano en décadas
Carlos Duarte, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y que ha dirigido expediciones al Ártico, señala que la extensión del hielo no es lo más importante, sino el aumento observado en la varianza, algo que vale para el hielo en el polo y para la Bolsa: “Los datos indican que el Ártico ha llegado a un cambio de régimen y puede haber cambios abruptos”.
Duarte es rotundo: “Esto no es la variabilidad natural del clima. Esto es cambio climático verde y con asas, es lo que la Convención de Naciones Unidas define como ‘cambio climático peligroso’. Mientras, estamos enfrascados en discusiones semánticas”. Duarte tiene un símil para la inacción: “Estamos tocando la lira mientras arde Roma”.
El deshielo del Ártico ha generado enormes expectativas en compañías petrolíferas, de gas y mineras que esperan poder acceder a un territorio rico e inexplorado.


2/9/12

After a glorious autumn... Britain prepares for Siberian freeze in just weeks



·                                 Forecasters warning temperatures could drop to -15C by December 
            
           By DAILY MAIL REPORTER
UPDATED: 
       Britain faces an abrupt end to a remarkably warm autumn with temperatures plummeting towards Siberian levels, forecasters are warning. The unusually mild weather is about to give way to a freezing winter, as thermometers dip well below zero within a fortnight. And the country will be coping with -15C cold by December, according to experts, who have warned that the weather could be as brutal as last year.
         
      
                                             Big freeze: Last year's snowy weather plunged the country into chaos
          
          Snow could hit the country even earlier than it did then, when the big freeze at the end of November sent Britain into chaos, blocking roads, causing accidents and burying houses. 
Some forecasters fear that temperatures could plunge as low as the -20C recorded a year ago, or even lower, according to the Daily Express.

More...

Jonathan Powell of Positive Weather Solutions said: 'It will not be as sustained as last year, but these episodes are expected to be severe, with Siberian temperatures.'
The warnings came as the Government announced the Met Office will send out extreme weather alerts this year to the NHS, social services and other agencies in a bid to cut the 25,000 extra deaths caused by winter in the UK.
Forecaster Brian Gaze of The Weather Outlook, told the newspaper: 'There are signs of a significant change in the mild weather in mid-November.


                                     The Government has vowed to be more prepared for extreme conditions this year


          'The current mild weather is caused by a high-pressure block to our east, keeping us under a south-westerly flow of Atlantic air.
'But it looks as though high pressure could move further north west, allowing much colder air to filter across the UK from the north or east, with the risk of snow increasing.'
James Madden, of Exacta Weather, warned that this winter would be 'very cold and snowy across many parts of the UK'.
He said there would be 'frequent and widespread heavy snowfalls during November to January across many parts of the UK and Ireland, with below-average temperatures'.
The Government is bringing in new winter alerts will come in the form of four possible warnings, depending on the severity of the conditions predicted by the Met Office.


Level One will initiate long-term planning, Level Two will indicate a 60 per cent risk of extreme cold for 48 hours, Level Three means severe weather is expected to impact on health and Level Four is a 'major cold weather incident'.
Previously local areas were left to decide how to react to cold snaps, but the Government has now introduced a Cold Weather Plan.

It also contains advice for individuals and carers, such as making sure at-risk groups get vaccinated against flu and keep their homes heated.
A minimum of 21C is being recommended during the day and 16C at night. 

It will not be as sustained as last year, but these episodes are expected to be severe, with Siberian temperatures.

- JONATHAN POWELL POSITIVE WEATHER SOLUTIONS

Below that, the risk of heart problems, strokes and respiratory illness increases.
Health Secretary Andrew Lansley said: 'Older people and those with long-term illnesses are particularly vulnerable to the cold and we need to be aware – within families, in communities and across the NHS – of how we can help others.'
'Every year, there is a 20 per cent increase in deaths in the winter in England. By working together, this coordinated plan will help protect those most in need. We are determined to do all we can to achieve this.'
Michelle Mitchell, charity director at Age UK said: 'The coalition Government has set a new emphasis on public health as one of its key objectives, and this Cold Weather Plan is a very important step in the right direction.
'Age UK will be building on this with its own winter campaign to help vulnerable older people live well through the cold months of the year.'
The Met Office said: 'Our excess winter mortality, of an average 25,000 extra deaths in winter compared to other months of the year – 80 per cent thought to be due to the cold – is very poor compared to other countries in Europe.
'The aim of the cold weather alerts is to reduce winter mortality by allowing action to be taken, helping people and patients reduce the risks of cold weather.'


B





29/8/12

El cambio climático incrementa el número y la intensidad de los ciclones




La supercomputación predice el comportamiento de la tormenta tropical Isaac


PUBLICO
DAVID BOLLERO Londres 29/08/2012 12:08 Actualizado: 29/08/2012 18:01

A pocos kilómetros para alcanzar las costas de Luisiana, tocando tierra en Nueva Orleans, la tormenta tropical Isaac ya ha dejado tras de sí 24 muertos en Haití y casi 45.000 desplazados entre este país y su vecina República Dominicana. Hoy se conmemora el séptimo aniversario porla catástrofe del Katrina y Barack Obama no quiere “tentar al destino”.
Hasta el punto de que el presidente de EEUU ha hecho un llamamiento a sus ciudadanos para que “se tomen en serio” las advertencias de las autoridades. Desde el Centro Nacional de Huracanes se trabaja activamente para anticiparse a los movimientos de la tormenta tropical.
Sergio Alonso, catedrático de Meteorología y Cambio Climático en la Universidad de Illes Balears (UIB), sostiene que “las tormentas tropicales no son precisamente una de las perturbaciones más sencillas de predecir, debido a sus propios procesos y a los instrumentos disponibles para realizar pronósticos”. Sin embargo, aunque resulta complicado anticiparse a su generación, no sucede lo mismo con su comportamiento una vez formada la perturbación.

Más ciclones por el cambio climático

Alonso explica que “este tipo de perturbaciones, que si se forman en el Pacífico se denominan tifones y si lo hacen en el Atlántico, huracanes, dependen en gran medida de la temperatura superficial del mar, formándose a partir de los 27 grados centígrados”. Aunque éste no es, ni mucho menos, el único factor que determina su intensidad –influyen otros como la propia estructura vertical de la perturbación-, sí que ayuda a delimitar las áreas geográficas más propensas a sufrir estos fenómenos meteorológicos.
En este sentido y como experto en cambio climático, el catedrático indica que “el incremento global de la temperatura puede incrementar no sólo el número de perturbaciones, sino su severidad, esto es, la intensidad de las mismas”. El experto puntualiza que “el clima no es una cuestión de año a año, sino de más largo plazo. Ello, unido a que la subida de las temperaturas no se produce en todas las regiones de un modo uniforme, deriva en que habrá años que el número de ciclones decaiga, pero, en el global, podríamos decir que la tendencia es al alza, tanto en número de perturbaciones como de potencia intrínseca de los fenómenos”.

Anticipar su comportamiento

En contra de la creencia extendida de que el histórico de ciclones ayuda a establecer patrones de comportamiento de las futuras perturbaciones, el catedrático de la UIB asegura que “este conocimiento histórico no es crítico para realizar las predicciones”, hasta el punto de que queda excluido de la modelización atmosférica con que trabajan los expertos.
Esta modelización se basa en “un conjunto complejo de ecuaciones matemáticas con base física que ha de resolverse mediante supercomputación”, indica Alonso. A través de estas formulaciones se establecen modelos de predicciones, únicamente basados en las variables medidas del objeto de estudio, determinando estudios de trayectorias y probabilidades de las mismas.
En cuanto a los efectos de estas perturbaciones, Alonso señala que, “como sucede con casi cualquier otro, en este casos dos fenómenos idénticos pueden provocar efectos absolutamente desiguales según la región, en función de, por ejemplo, el nivel de desarrollo de los países afectados”.

Diez tormentas tropicales mortíferas

1900. Huracán en Galveston: El 8 de septiembre de 1900, la isla Galveston, del estado de Texas, vio cómo una tormenta tropical procedente de Cuba y el Golfo de México hacía estragos. La Oficina Meteorológica EE.UU. había evitado hablar de ‘huracán’ o ‘tornado’ con el fin de no alarmar a la población. Sin embargo, cuando la tormenta tocó tierra, la velocidad del viento superaba los 215 km/h, transformándose en un huracán de categoría 4. El balance de víctimas alcanzó las 8.000, destruyendo más de 3.600 casas y provocando daños por valor de 30 millones de dólares de entonces, uno 500 millones actuales.
1957. Huracán Audrey: Detectado inicialmente en el suroeste del Golfo de México, en un solo día (del 24 al 25 de junio) pasó de tormenta tropical a huracán. Para el día 27 ya era de categoría 4, dirigiéndose hacia Texas y Luisiana. Ya con menor intensidad en tierra, alcanzaría Mississippi y algo menos los Grandes Lagos. Las inundaciones en Luisiana causaron casi 400 muertes. Los costes sólo en EEUU superaron los 150 millones de dólares.
1970. Ciclón Bhola: Aunque se desconoce la cifra exacta de muertos, se estima que ésta se situó en la horquilla de los 300.000 a los 500.000. La peor parte de Bhola se la llevó Bangladesh y el Golfo de Bengala en India, el 12 de noviembre, cuando alcanzó la categoría 3 de huracán, provocando inundaciones en el delta del Ganges, engullendo cosechas y pueblos enteros.
1975. Tifón Nina: Este tifón arrasó con la presa de Bangiao en China, lo que provocó sucesivos colapsos en el resto de las presas, multiplicando los efectos de Nina y causando la muerte de más de 100.000 personas.
1992. Hurricane Iniki: En septiembre de 1992 y fruto de lo que entonces se denominó la fase más calida del fenómeno de El Niño, Iniki asoló la isla de Kaua’i, en pleno Hawaii. La buena gestión de los acontecimientos redujo las bajas a seis a pesar de que el aviso tan sólo se dio con 24 horas de antelación. El coste de los daños superó los 1.800 millones de dólares.
1992. Huracán Andrew: Habiendo partido de la costa occidental de África, su trayectoria por Bahamas, el sur de Florida y el suroeste de Luisiana causó la muerte directa de 26 personas e indirecta de otras 39, con daños superiores a los 34.000 millones de dólares. El viento superó los 280 km/h en algunas regiones, derivando en algunas zonas en tornado, como fue el caso del sudeste de Luisiana.
1997. Huracán Pauline: Pauline tiene el dudoso honor de no sólo ser el huracán más destructivo sino, además, el más mortífero de cuantos han asolado la costa mexicana, incluido Acapulco con lluvias torrenciales. Esta perturbación se llevó consigo cerca de 400 vidas, dejando tras de sí a 300.000 personas sin hogar y provocando daños por valor de más de 7.500 millones de dólares.
2005. Huracán Katrina: Se trata de la tormenta tropical más mortífera de los últimos años, con un balance de más de 1.200 víctimas según el Centro Nacional de Huracanes de EEUU y más de 700 desaparecidos. Katrina se cebó con el Estado de Luisiana y, más concretamente, con Nueva Orleans, a la que inundó en más de un 80% debido a la mala gestión de la Administración Bush, durante su paso y en los días posteriores durante las labores de rescate. Como consecuencia de ello, a las negras cifras de muertos se sumaron los daños por valor de 80.000 millones de dólares. Se llegaron a registrar hasta 33 tornados derivados de Katrina.
2008. Ciclón Nargis: En mayo de 2008, la bahía de Bengala fue golpeada por esta perturbación, cebándose con Birmania a la que golpeó con vientos de más de 215 km/h. La ONU estimó que la cifra de afectados superaba los 2,5 millones de personas y la Cruz Roja habló de casi 130.000 víctimas sólo en este país.
2008. Huracán Ike: Tras el paso de esta perturbación, que partió de Cabo Verde, casi 200 personas murieron, desde Haití a Galveston (Texas). Alcanzó la categoría 3 y los mayores daños se registraron en EEUU, con 24.000 millones de dólares, seguido de Cuba (7.300 millones) o Bahamas (200 millones), entre otros, hasta alcanzar un total de pérdidas de 32.000 millones de dólares.