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17/2/13

Los fenómenos meteorológicos extremos son cambio climático

EL PAIS



Un imponente temporal de nieve, frío y viento azotó el pasado fin de semana la zona occidental de EE UU, con récord histórico de acumulación de nieve y afectando a 40 millones de personas. Tres meses antes, a finales de octubre, el huracán Sandy devastó esa misma costa, además del Caribe. Incendios, olas de calor intenso en Australia, sequías en África, inundaciones y tifones en el sureste asiático... los fenómenos meteorológicos extremos se hacen hueco muy a menudo entre las noticias internacionales. Y la reacción natural de la gente es echar la culpa al cambio climático. Los científicos no lo tienen tan claro porque es difícil identificar la tendencia de estos fenómenos puntuales en la evolución del calentamiento global.
 Ahora, un reciente informe coordinado por la Universidad de Harvard(EE UU) afirma que los primeros síntomas de la influencia del calentamiento global en los acontecimientos meteorológicos especialmente fuertes o intensos están ya aquí y van a seguir estándolo. El informe ha sido financiado por la CIA dada importancia de los impactos de estos fenómenos en la seguridad nacional, ya sea en las infraestructuras, en la energía, en la producción de alimentos, en los ecosistemas naturales o la disponibilidad de agua.
La CIA financia el estudio por el impacto en la seguridad nacional
“Los cambios inesperados en la meteorología regional probablemente van a definir el nuevo clima normal, y no estamos preparados para ello”, explica Michael McElroy, profesor de Harvard. Frecuentes episodios de temperaturas extremas, menos pero más intensos ciclones tropicales, más extensas áreas de sequía e incremento de precipitaciones son los tentáculos del calentamiento global.
Aunque los estudios de cambio climático anticipan un incremento de los fenómenos extremos, es intenso el debate acerca de si ya se está manifestando o no esta tendencia. Por ejemplo, en una región en la que se han registrado históricamente sequías, es difícil culpar al calentamiento global de la que se produce en un año determinado. O los huracanes: si se genera una docena de ellos al año, más o menos, de fuerza variable, los científicos no pueden claramente determinar que se deba al cambio climático la especial intensidad de algunos de ellos o el incremento de su número durante una temporada o dos.
“El clima es, esencialmente, la distribución estadística de las variables meteorológicas (temperatura, precipitaciones, humedad del aire) o rasgos generales (calor frío, sequedad, lluvia) que se dan en una región durante un periodo de tiempo, normalmente, 30 años de datos observacionales”, explican los autores del informe de Harvard, elaborado junto a la Academia Nacional de Ciencias y la Universidad de Columbia. Es delicado encajar en esta estadística la evolución de los fenómenos extremos que pudieran estar asociados al calentamiento global, teniendo en cuenta la variabilidad natural. Sin embargo, se revela claramente el cambio en las temperaturas medias en aumento de las últimas décadas.
“Un examen cuidadoso de los recientes acontecimientos meteorológicos muestra que los casos extremos, que antes se daban con una frecuencia de uno en 100 años, ahora se dan en uno de cada 20 años o menos. Las series de datos temporales no son suficientemente largas como para proporcionar la certeza estadística que uno desearía, pero los resultados son sugerentes”, afirma el informe de Harvard.
Se ha registrado un cambio en la intensidad de las tormentas
También está cambiando la intensidad de las tormentas. Hay que tener en cuenta que el calentamiento de la atmósfera significa que es capaz de acumular más vapor de agua. “En los últimos años se han observado tormentas individuales que sueltan más agua”, señala el informe. A la vez, se ha incrementado un poco el número de sequías. En cuanto a los ciclones tropicales en el Atlántico Norte, los huracanes, los datos apuntan hacia menor número de ellos cada año, pero de mayor intensidad (no hay suficientes datos de intensidad de las tormentas para el norte del Pacífico).
En resumen, ha habido un incremento significativo en condiciones meteorológicas extremas en la última década, con sequías, tormentas, tornados, inundaciones e incendios, “y todo esto es congruente con una atmósfera más húmeda y más templada debido al desequilibrio radiactivo inducido por los gases de efecto invernadero”, dicen los expertos del estudio.
Dado el enfoque de este trabajo de investigación hacia los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos, los científicos no se limitan, sobre todo en sus predicciones para las próximas décadas, al territorio estadounidense, sino que abarcan también el Mediterráneo oriental, el sureste asiático, el norte de India, China y el Ártico, consideradas zonas estratégicas. La sequía que provoca pérdida de cosechas en una región del mundo, por ejemplo, puede provocar inestabilidad social. Lo mismo sucede con la disponibilidad o escasez de agua, o con la destrucción de infraestructuras, la explotación de recursos naturales, etcétera, con los consiguientes efectos políticos del cambio climático.

Una tormenta de nieve paraliza la costa Este de Estados Unidos

EL PAIS



La costa noreste de Estados Unidos está paralizada por los efectos de una potente tormenta de nieve, bautizada como Nemo, que está previsto que afecte a 40 millones de personas desde Nueva Jersey hasta Maine. El servicio Nacional de Meteorología ha alertado de que en algunos Estados se van a superar los 70 centímetros de nieve acumulada y se esperan rachas de viento huracanados que superen los 100 kilómetros por hora -en el aeropuerto de Boston han sobrepasado los 122 kilómetros por hora-. La alerta por tormenta en la costa este, vigente desde las seis de la mañana (doce en la Península), se mantendrá activada hasta la una de la tarde (19.00) del sábado.
El temporal de nieve ha obligado a cancelar más de 7.000 vuelos en toda la zona de Nueva Inglaterra -entre ellos aquellos con salida y llegada a Europa y América Latina- y más de 60 aeropuertos se han visto afectados. El servicio de trenes que circula a través del corredor noreste también ha interrumpido los viajes. El número de viviendas que se va quedando sin luz aumenta a medida que avanzan las horas y se intensifica el temporal. Ya son más de 400.000 personas las que no tienen electricidad en el noreste del país y las compañías eléctricas han advertido de que el número de afectados podría aumentar drásticamente. Nemo ha convertido a la mayoría de las grandes localidades de la costa este en blancas ciudades fantasma a medida iba cobrando fuerza. En casi todas, se ha suspendido el transporte público y las clases ante la llegada de la tormenta de nieve.
La ciudad de Nueva York, que aún se recupera de los efectos del huracán Sandy, se prepara para hundirse en una capa de nieve que podría alcanzar hasta un metro, según las previsiones. En Long Island casi 5.000 personas están a oscuras. Todos los vuelos con origen o destino Nueva York han sido suspendidos. Han dejado de operar sus tres aeropuertos: el John F. Kennedy, el de La Guardia y el Newark Liberty Airport. Un hombre ha fallecido en el Estado de Nueva York tras ser atropellado, según ha informado el Instituto de Meteorología en su página web. El conductor del vehículo ha asegurado a la policía que perdió el control del coche por culpa de la nieve. El servicio de metro ha alertado de que “los cortes en el transporte se podrían suceder durante todo el día”. Se ha anunciado el cierre de algunas líneas a partir de las 10 de la noche y varias rutas de autobús urbano también se han interrumpido.
En Central Park la nieve, sobre las nueve de la noche, sólo había alcanzado los cinco centímetros de grosor, según el Servicio Nacional de Meteorología. Al filo de la medianoche, el aeropuerto de La Guardia registraba alrededor de 10 centímetros y en el de McArthur, en Long Island, llegaba a los 40 centímetros. La ciudad ha esparcido más de 250.000 toneladas de sal por las calles de la ciudad. "Esperamos que las previsiones sean exageradas sobre la cantidad de nieve, pero nunca se sabe", dijo este jueves el alcalde. De momento, el diseñador Marc Jacobs ha decidido posponer su desfile del próximo sábado en la Semana de la Moda que se está celebrando estos días en Nueva York.
El gobernador de este Estado, Andrew Cuomo, decretó el estado de alerta en previsión de los vientos de hasta 80 kilómetros por hora y las fuertes tormentas de aguanieve que se han pronosticado. "Se deben evitar los viajes innecesarios tanto antes como después de la tormenta ya que las carreteras estarán heladas e incluso con gran acumulación de nieve en algunas zonas”, ha advertido Cuomo.
En Boston, unas de las localidades que está soportando lo más duro del temporal, la nieve ya ha alcanzado los 30 centímetros en el centro histórico de la ciudad -se estima que llegarán a concentrarse hasta 40 centímetros en el centro de la ciudad-. En el aeropuerto de Logan, que ha cancelado todos sus vuelos, se han registrado ráfagas de viento de más de 122 kilómetros por hora. Los efectos de la tormenta ya han comenzado a sentirse. 5.400 vecinos se han quedado sin electricidad, el metro y el servicio público también se han suspendido. El alcalde de la localidad, Tomas Menino, ha comparado esta tormenta con la ventisca que azotó la ciudad en 1978. Entonces, miles de personas se vieron atrapadas por el temporal y 100 perdieron la vida.
Los Estados de Rhode Island, Nueva Jersey, Massachusetts y Connecticut también han decretado el estado de alarma en previsión del fuerte temporal de nieve y viento. Los gobernadores de Massachusetts, Connecticut y Rhode Island han prohibido circular por las carreteras del Estado; en Nueva Jersey, las autoridades han ordenado la evacuación de algunas localidades de la costa ante el riesgo de inundaciones; en una carretera de Maine, 19 vehículos han chocado como consecuencia de la mala visibilidad derivada de la fuerte ventisca que ya ha llegado a la zona.
En Massachusetts, según las previsiones, la acumulación de nieve podría alcanzar casi los dos metros en algunas zonas del territorio y las ráfagas de viento superarán los 110 kilómetros por hora. Aunque el Servicio de Meteorología ha rebajado los centímetros de nieve que se esperan, el fuerte viento ya ha comenzado a abatir postes de electricidad y más de 5.000 personas están sin luz en ese Estado, tal y como advirtió su gobernador, Deval Patrick, en rueda de prensa. "Todos los vehículos deben permanecer fuera de las carreteras, pasado el mediodía. Se prevén cortes de luz y ha que tener cuidado ante las posibles caídas de árboles”, ha añadido. La planta nuclear de Pilgrim ha sufrido un apagón debido a una bajada de tensión en la red eléctrica, informa la CBS.
En Nueva Jersey, uno de los territorios más azotados por el paso de Sandy, se esperan tormentas de lluvia y nieve, fuerte oleaje y granizo. "Tenemos listas 1.400 máquinas de nieve y 650 camiones preparados para esparcir toda la sal que sea necesaria", ha indicado su gobernador, Chris Christie Los ferrys han adelantado su hora de cierre debido a la tormenta y los servicios de autobús público han quedado suspendidos desde las ocho de la tarde, hora local.
Connecticut es el Estado que más nieve ha registrado. A las nueve de la noche, varios de sus condados habían acumulado 30 centímetros de nueve, según el Servicio Nacional de Meteorología. En New Hampshire, Maine y Vermont se esperan fuertes inundaciones y se ha alertado ante la posibilidad de heladas en las carreteras. Estos tres últimos Estados sufrirán los estragos del temporal con más intensidad este sábado, según ha informado el Servicio Nacional de Meteorología.