Pensando en alto…
La convección es una de las formas de transferencia de calor que implica el transporte térmico en un volumen y la mezcla de elementos macroscópicos de porciones calientes y frías de un gas o un líquido. Se incluye también el intercambio de energía entre una superficie sólida y un fluido.
El océano Atlántico es una gran masa de agua que en su parte norte se sitúa entre Europa y América del Norte.
La atmósfera terrestre es la masa gaseosa que hay sobre la tierra, especialmente sobre la hidrosfera o masa de agua que se encuentra bajo y sobre la tierra ofreciendo la mayor parte de la superficie que esta en contacto con la atmósfera.
El clima es la representación secuencial del tiempo metereológico, por la constatación estadística de su comportamiento en un territorio.
Un cambio de clima ocurre cuando los valores estadísticos del tiempo metereológico que se han constatado y reproducido secuencialmente sufren una modificación sustancial que rompe los patrones antes constatados durante sus secuencias. Es abrupto cuando se produce de manera rápida en el tiempo y no como consecuencia de la variación astronómica del comportamiento de la tierra. Se elige este concepto abrupto por la violencia que supone el cambio para la vida en la tierra.
Cuando por condicionantes físicos del calentamiento de la tierra se derrama ingentes cantidades de agua dulce, procedentes del deshielo de Groenlandia y las precipitaciones del Ártico, donde antes venia mayoritariamente salada al Atlántico norte, la dinámica de las corrientes cambia de manera progresiva o rápida, en función de los sverdrups de agua (1 millón de metros cúbicos por segundo) incorporados a la corriente; ésta cambiará necesariamente de comportamiento. Si antes se hundía en las profundidades del océano por su mayor densidad (salinidad y enfriamiento) impulsando la gran corriente transportadora, ahora no lo hará por su menor salinidad y templanza.
El análisis del cambio de clima puede hacerse desde la ciencia metereológica o desde la oceanografía. Por la misma razón que desde hace mucho tiempo se preguntan algunos que fue antes el huevo o la gallina. Pero eso es nada más que la evidencia de la precariedad de los planteamientos científicos que hacen algunos. No estan condicionando los meteoros el cambio, ni el océano por sí mismo, sino que el sentido de las cosas del cambio de clima abrupto está en cómo se transmite el calor por convección, cómo se produce el deshielo y el derrame de agua dulce y cómo trasforman éstos al océano Atlántico y la atmósfera.
El calor de la tierra provoca el deshielo y el agua dulce hace cambiar la dinámica del océano Atlántico, las aguas del océano y sus corrientes condicionan la atmósfera que se encuentra encima, el vapor de agua, la temperatura por convección se transmite de la una a la otra y ambas sufren cambios. En el momento que ocurren los cambios las secuencias del clima son otras y la gravedad de este clima es más o menos importante, o más o menos violento en función del tiempo transcurrido en esos cambios.
Es la termodinámica del océano Atlántico la que nos debe decir cómo y cuando nos va a cambiar el clima ya.
En el tiempo en que se hacen simulaciones de casi todo con las técnicas de computación electrónica, aún no tenemos una simulación de los sverdrups que pueden estar haciendo cambiar las corrientes de las que depende nuestro modo de vida…
Algunos científicos juegan a sacar provecho en dólares amparados en la ambigüedad y en las variables…
Algunos profesores se dejan llevar por la corriente en chorro, saltando las Montañas Rocosas, para ocultar su debilidad y fortalecer quíen sabe qué de su Universidad. No es más que la evidencia de que decir una parte de la verdad es faltar a ésta y mentir llanamente.
Cogito, ergo sum.
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